En el mes de noviembre se conmemora el 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El naranja es el color que utiliza la ONU “para representar un futuro más brillante y libre de violencia contra mujeres y niñas”, bajo el lema ‘Pinta el mundo de naranja: ¡Pongamos fin a la violencia contra las mujeres YA!‘.
Casi 1 de cada 3 mujeres ha sufrido abusos a lo largo de su vida, y en tiempos de crisis las cifras aumentan, como se vio durante la pandemia de COVID-19. La ONU se refiere a la violencia de género durante la crisis sanitaria como la “pandemia en la sombra”.
Aunque la violencia de género es generalizada, esta puede y debe prevenirse, y con servicios esenciales en los sectores policial, judicial, sanitario y social, y con suficiente financiación para la lucha por los derechos de las mujeres, podemos poner fin a la violencia de género. Otro granito de arena en esta inmensa lucha es el Plan de Igualdad, que busca la eliminación de aquellas barreras que dificultan, limitan o impiden la igualdad de trato entre sexos en la empresa.
Y es que la violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas.
